Este es el blog deprimente que escribo, jaa

(riéndome del abismo)

sábado, 4 de octubre de 2014

About Alcoholismo & Amigos

En algún momento le conté a un amigo de hace años que mis sobresaltos cuando me dormía/despertaba, eran algo que me había quedado de cuando vivía con mi madre. Le dije que muchas veces la tipa se enojaba conmigo y me levantaba a las piñas, o que entraba a gritar y romper cosas hasta que me despertaba. Le pregunté si no sabía, y me dijo que no. Me llamó la atención que no supiera algo que debe saber casi la totalidad de la gente que me conoce (y tal vez algunos que no me conozcan).
Este pibe formaba parte de un grupito de amigos, edades 15 a 17, más o menos. Eran buenos niños que pasaban el tiempo jugando a la compu, fumando porro y haciendo música. Estar con ellos era un cierto descanso al drama que era mi vida en ese entonces. Yo tenía una par de amigos más, pero sus vidas eran bastante complicadas también, aunque eran gente más sana. Y estos pibes tenían, al menos desde mi punto de vista de aquel entonces, cierta inocencia que yo sentía perdida hacía mucho. Estaba bien, era entretenido, me quedaba cerca, pero realmente no creo haber podido compartir, acercarme mucho a ninguno. No creía que fueran a entender. Entonces, como muchas veces, estaba sola entre muchos y, a veces, tanta tranquilidad me aburría.
Analizándolo con los años, creo distinguir cierta ansiedad alcohólica/autodestructiva en mí. Si tuviera que decir un momento en el que creo haberme vuelto alcohólica, diría que fue a los 12-13 años, cuando se me ocurrió emborracharme antes de que llegara mi madre de trabajar, porque así era más fácil soportarla, soportar las palizas que me daba: si estás borracho, nada duele tanto y tampoco importa. 
Yo ya hacía unos años que cada tanto compartía un trago con mi madre (grappa con limón, ron, espinillar y toda la variedad de alcoholes de ancap), pero fue después de ese momento en que empecé a tomar a escondidas casi todos los días. Me acuerdo de rellenar botellas con un poco de agua y alcohol rectificado, y de hacer verdaderos engendros (algo así como el grog del monkey island). Una vez hice una mezcla de espinillar, té helado, alcohol rectificado eucaliptado (sí, con gusto a eucaliptus) y pasas de uva. Metí todo en la licuadora y dale que es tarde. El resultado fue un vaso largo que tomé de un trago. Trago que medio minuto después fui corriendo a vomitar, porque no se quiso quedar en mi estómago.
Mis amigos de esa época estaban bien, pero yo necesitaba tomar y la plata era poca y el vino me daba asco. Me sentía nerviosa, aburrida, todo el tiempo con ganas de emborracharme-anularme-quedar tirada por ahí y que alguien me matara. Y con ninguno de mis grupos de amigos podía hacer eso. A lo sumo alguna birra o algún licor robado a los padres. Yo quería muerte y destrucción, pero no pintaba. Hasta que un día conocí el jugo X: una maravillosa mezcla de jugo tang multifrutas y alcohol rectificado. Esa noche volví a casa no sé cómo. Terminé abrazada al water vomitando hasta dormirme y mi madre golpeando la puerta, preguntándome si estaba bien, y yo diciéndole que sí, que ya salía, pero en cambio me volvía a dormir. Hasta que entró y me hizo acostar. Ya en mi cama, el mareo era tan grande que tuve ganas de vomitar otra vez, pero el baño estaba ocupado, así que vomité por la ventana y pude ver como parte del contenido de mi estómago iba a parar a la ventana del octavo piso. Después volví a dormir.
Con el tiempo me fui juntando con gente que tenía las mismas ganas que yo de harcerse mierda y vinieron épocas de grandes borracheras, llantos, cortes en los brazos y nadie que se asustara del otro. Y si nadie se asusta de tu peor yo, podés estar tranquilo de que es amistad real y familia.

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