Este es el blog deprimente que escribo, jaa

(riéndome del abismo)

sábado, 26 de diciembre de 2015

Handsome Devil

Últimamente he pensado mucho en mi ex. No, el último no: el anterior. Cada vez que me pajeo, imagino su cara en la de ese señor mayor y gordo que se abusa de una chica. El mismo tipo de porno que miraba cuando recién empezábamos a curtir. Me acuerdo una vez que fui a su casa y a la ida dejé el asiento del bondi un poco húmedo por pensar en él. Había un colchón en el piso, música y un baño que no recuerdo si tenía agua corriente. Esa vez cogimos toda la tarde. Yo no podía parar ni tener suficiente. Decía "que esta sea la última vez, ya me está empezando a doler" y de la nada, por algún motivo que desconozco, me volvía a calentar al punto de necesitar que me garchara de nuevo, como si la vida se me fuera en ello. Es que había algo en su voz ronca por tantos años de excesos, en sus manos de nudillos quebrados, en sus brazos que eran como mis piernas, en su pija que era gruesa como mi antebrazo... 

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En estos días he estado pensando mucho en él. Quizás porque hace un año que lo fui a ver por última vez. Ya no importa si su reacción fue justificada o no, si patear cosas es o no un acto de violencia, aunque no me hayan golpeado... Todo es pasado ya y, por suerte, está muy lejos. Es sólo que no puedo perdonar esos anillos que el miedo, el rechazo, la angustia del momento me impidieron ponerme y que no me hubiera molestado usar, por más que la sola idea del matrimonio me de asco. O la nena que por primera vez en la vida me parecía lindo llegar a tener. 
Yo sé que en verdad al final no estaba enamorada, pero hubiera hecho cualquier cosa por poder seguir. Cualquier cosa menos sufrir.





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