A veces extraño esos comas,
pero hay que elegir estar o no.
La vida viene con una muerte de regalo, pensé. Y ví cómo algunos amigos se le acercaron un poco. A veces pienso qué sería de mí en estos momentos y pienso en mi vieja, muerta. Hay tantos intentando cambiar, intentando aferrarse a algo y zafar. He visto romperse las cuerdas, soltarlas por cansancio o aburrimiento o porque les dijeron.
Estuve tanto tiempo sintiéndome sola este invierno, sin pensar en nadie más que en mí. Quise morirme, drogarme, empastillarme, escabiar; terminé fumando. Era, a mi criterio, el menor de los males.
No me dí cuenta de lo sola que me sentía hasta que dejé de pensar y vi que no había nadie a quien quisiera contarle en qué pensaba.
Todo este tiempo, desde hace unos años, he mantenido distancia. Considero que poca gente es capaz de saber sin asustarse o sentir lástima, así que prefiero narrar un par de hechos fríos y evitar la intimidad de los sentimientos. Es como no estar, en realidad, frente a "ellos": los demás, el resto de la gente.
Tengo miedo de necesitar a alguien y que me fallen, otra vez. Tengo miedo de perder esta independencia que recientemente conseguí. Y me da pereza también, porque tengo otras cosas en las que prefiero enfocarme y que requieren mucho tiempo y energía.
Entonces, tenés las risas, los chistes fáciles y, a veces (pocas), algo de lo que siento, y sigo estando lejana aunque presente. Entonces, duele menos volver a la soledad del día a día, de las noches que desaparecen en el cansancio acumulado, de la falta de tiempo... No es bueno acostumbrarse a lo que no podés tener.
Eso, "amigos", es mi soledad. Será forzada, absurda, o cualquier otro juicio emitido. No escucho ya los juicios de otros; todas las personas estamos rotas.
Ahora intento, de a poco, traspasar la aduana de mi propia persona. He dicho a algunos cuánto y cómo los quería, sin importar el miedo a sentirme estúpida por demostrar amor o, incluso, la tristeza de un rechazo, y he puteado en voz alta aunque quedara como una persona llena de odio y rencor. Soy, hasta ahora, esto, para quien me de la gana mostrarle y tenga ganas de ver. Si les da miedo, que corran; el que sienta que no alcanza, no importa. El tiempo se me va, pero algo intento y, aunque no sea mucho, es mejor que estar en coma.
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