Y si tu pareja, ese al que le tenés asco y no querés tocar, te acusa de no darle sexo hace días y después grita y rompe algo y te agarra del cuello, ahí poné la mente en blanco y dejalo hacer. Tratá de que no se note, o se va a dar cuenta y se va a enojar, y capaz además de agarrarte el cuello, te tire el pelo o te empuje. Y si le decís que no lo querés más, tal vez se ponga a llorar y decirte que es mentira, que vos lo querés. Tal vez haga un berrinche. O tal vez se enoje y quién sabe...
Puede que hagas memoria de otras veces en que no tuviste otra que dejar hacer a alguien. Tal vez cuando eras una niña. Tratá de pensar que no importa; que tu cuerpo es solo un montón de carne y hueso y que da igual, que tarde o temprano iba a pasar, que por lo menos no te lastimaron, que sexo y amor no tienen nada que ver; que el amor no importa...
Repetíte, una y otra vez, que hay gente que la pasa peor, que lo tuyo no fue nada, que por lo menos estás... bien, o algo así. No seas una egoísta autocompasiva. No, Tam, basta!
No hay comentarios:
Publicar un comentario