- No te das cuenta que te usan?
- Pero, son mis amigos...
- Yo no puedo creer que seas tan boba, Tamara.
Y como empiezo a llorar, me abraza y me consuela diciendo que no soy boba, que soy demasiado buena. Y remata con un "tan buena que termina siendo bobita, pobrecita".
Y así es como pasé otro verano sin amigos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario