Duro

Hoy en la calle, viste a alguien que te hizo acordar a un amigo que está en otro país. Tenía la misma sonrisa. Pensás que ese que está ahí, podía haber sido tu amigo. O podrías haber sido vos. Pensás en que tal vez abrazarías a tu amigo si lo volvieras a ver.

Cuando estás duro no necesitás un abrazo, no necesitás comer. Necesitás que te dejen de rechinar los dientes. Necesitás una tarjeta, una llave, una moneda tal vez, pero no un abrazo.
No necesitás que te acaricien la concha ni que te chorree semen por el muslo.
No necesitás pensar que mañana vas a tener que tomarte una pastilla de emergencia, de esas que te hacen sentir horrible.
Necesitás, tal vez, papel de aluminio o ceniza.
Necesitás que tu niño interior se muera asfixiado mientras aguantás el humo.
No necesitás comida, por ejemplo.
Necesitás un encendedor. Un encendedor y dejar de sentirte una mierda.