Hubo una época en que no tenía cama ni colchón. Dormía sobre cartones que había en el piso de mi cuarto de ese momento.
Dolía el piso, daba frío aunque era verano. La humedad traspasaba el cartón y las sábanas.
Contra la pared de ese cuarto sonó mi nuca, después de que me empujaran y ahorcaran por no querer seguir, y sentada en ese piso sentí la angustia de no querer más y no poder parar. Supe con certeza lo que venía pasando y supe que el nunca más era mentira. Y por qué lloro si mentiste si también yo a veces miento? Igual que ahora el cansancio y el llanto y el no saber qué hacer y me pregunto si estas cosas siempre tienen que doler, si siempre tiene que ser todo una mierda y asumo una culpa que no sé si me corresponde.
El chantaje emocional es muy feo.
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