Sí, padre; progenitor, en estos días fue tu cumpleaños. Supongo que seguirás vivo porque no me he enterado de tu muerte (si me enteré de la muerte de mamá, la tuya seguro que también).
Gracias por nunca hacerme sentir cómoda a tu lado; por siempre hallar la manera de hacerme sentir que estaba haciendo las cosas mal.
Gracias por no valorar mis logros.
Gracias por las veces que me dijiste que podía pedirte plata cuando necesitara y después decirme que no, que era solo cuando vos pudieras.
Gracias por nunca decir que te gustaba algo de lo que yo escribía.
Gracias por la vez que te mostré mis dibujos y no dijiste nada más que "tu madre también dibujaba muñecas".
Gracias por desaparecerte tantos años y no hacer nada para buscarme (y por decir que esperabas que yo, con 11 años, te fuera a buscar).
Gracias por compararme todo el tiempo con mi madre y recordarme lo mala que era.
Gracias por no comprarme la guitarra que tanto quería y no podía pagar.
Gracias por no ponerte de mi lado la vez que te pedí ayuda por mi (ahora ex) pareja que me amenazaba con matarme. ¿Te acordás que me dijiste "no hagas ninguna denuncia; esto lo arreglamos los 3 tomando un café"?
Gracias por echarme siempre la culpa de tus ausencias.
Gracias por sacarme de arriba el peso de tener algo que agradecerte; soy feliz sabiendo que no voy a tener que ir a cuidarte cuando estés viejo y enfermo. Realmente, es un alivio poder decir que no tengo padre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario